febrero 03, 2006

Mis papaes.

Tengo tantos recuerdos de tantas cosas. De niña, cuando jugaba feliz; de adolescente, que vivía agarrándome con mi mamá que insistía que fuera una señorita (que concepto más agilao) y de adulta, antes de la muerte de mi padre y después de ella.

De mi papá tengo hartos recuerdos. No porque esté muerto hace casi 8 años es un santo. No soy tan gila. Pero me dejó tantas enseñanzas (trabajé harto tiempo con él) que me son útiles día a día. No las voy a contar porque la mayoría las uso en mi vida; sólo las comparto con su majestad, porque es mi hermana y ella tuvo otro tipo de historia con mi papá, igual que el AbogadoCanifrú.

Mi padre, le decimos “papi lucho”, y no porque esté muerto voy a hablar en pasado de él, representa un compañero en mi vida. Cuando repetí de curso (ya, si no soy tan inteligente) me dijo: aprovecha de gueviar harto este verano para que llegues con ganas de estudiar. También nos dejaba fumar y tomar en la casa, y jamás hice la cimarra porque yo faltaba cuando quería a la escuela.

Mi mamá, la mami lupe, es cuento aparte. Después que se murió mi papá nos acercamos de otra manera y, que me corrijan mis hermanos, soy la única capaz de decirle las cosas en la cara, sin muchos miramientos. Me sale medio abrutao, pero ella es igual.

Ahora somos amigas: nos relacionamos como dos mujeres adultas. He aprendido a escuchar sus sabios consejos (lo que no significa que le haga caso) y a entender sus motivos, que para mí son un misterio.

Yo no tengo papá. Me cargan los hombres que se parecen físicamente a él (como tu amigo poh Galo, el Jan naté) y no quiero que nadie me cuide en forma paternal.

Mamá tengo pa’ rato. Y es lo mejor. Claro que cuando se muera va ser bacán, porque se viene guena la herencia...

Puta que amo infinitamente a mi madre. Y es regia. Hasta da lata salir con ella.

Y consejo gil que no es consejo porque lo viví en carne propia: aprovechen a sus papaes, porque yo me he levantado a hablarle a mi padre y al segundo me acuerdo que no está... y es asqueroso.

Yao nos vemos.

Tatuarse

El martes acompañé a mi socita pitufina a hacerse su tatuaje con el que guevió harto tiempo. (Puta la mina oscesiba!!!). La cosa es que me quedé pensando porqué uno se tatua.

Si yo lo pienso, escogí una golondrina por lo que representan para MI, y además me lo hice en Italia, país hermoso que recuerdo con mucho amor.

Lo gueno que el tatuador cachó la onda de mi tatuaje y me dijo que yo era una "chica ruda" por haberme hecho el tatuaje de la manera que me lo hice, y cachó altirante que era una golondrina y que no se estaba destiñiendo como piensan ciertos giles (por favor no se me sientan los giles).

Como harta gueas en la life, me carga la gente que se hace tatuajes vacíos. Me explico (a ver si cachan la idea lo lolos y lolas): hacerse un tatuaje sólo porque el dibujo es bonito, o está a la moda (una rosa en la pechuga, por ser). Claro que si yo me hago un tatuaje porque el dibujo es bonito pero en el fondo me da lo mismo que gueá tatuarme, habla solito por mí.

Justo ese día teníamos que celebrar. Pero la sita pitufina se jue y celebramos sin ella. Con Richard , la Reina y el Byron (que ahora le llea blo) nos reimos hasta que nos cansamos pero no nos multaron porque habían unos giles que se reían más juerte y nos ganaron.

Y ustedes, ¿por qué se tatuan lo que se han tatuado? Jajajajaj, me importa una raja. Era una broma.

Es que aun ando cansada. Mala junta estos cabros, me hacen ir a trabajar como con dos horas de sueño.

No entendí el comentario sobre la mina nietchiana.

Dostor, gracias por el consejo, puta que es clever.

Yao nos vemos.

(Todavía espero mi invitación a comer oye cofla).

enero 30, 2006

El traajo.

En lo que trabajo día a día no es lo que me gusta. Para nada. Así como en las historias de la gente, por cazuela de la vida hago lo que hago. No me quedó otra.

Durante mucho tiempo me daba angustia mi vida laboral (puta que era angustiosa en alguna época). Tenía que ver con lo que yo era, con la vida que tenía. Claro, ahora lo entiendo.

Y ahora que me separé y tuve que volver a la vida laboral me encanta. Bueno, porque trabajo en un lugar que me gusta mucho, uso el inglés, estoy terminando una carrera (¡me queda este puro año!) y dependo 100% de mí.

Creo que la razón de este cambio es que el trabajo lo veo como un desafío en mi vida, y porque si no trabajo me cago de hambre y no tengo moneas pa pagar mi casa ni mis vicios (jajajaja).

Pero puta que recuerdo con asco la época en que odiaba trabajar en lo que trabajaba, y andaba siempre cansada y triste.

Ahora estoy contenta y me le nota.

Aprendí: mejor sola que mal acompañada; y que no hay nada más bacán que la chucha que depender sólo de mí.

Aunque soy pobre. Pero también toy cachando que no soy ambiciosa.

Me gusta mi vida, alguna vez que me pasara.

Yao nos vemos.

(la foto es del barrio rojo de Amsterdam. La encontré por cazuela y algún día volveré. No a trabajar eso sí).

enero 29, 2006

Mi risa.

De tanto reirme el viernes y el sábado (si pues, con los mismos borrachos Richard y Byron, pero esta vez el antro se traslado donde pitufina) me empecé a acordar de hace cuanto tiempo no me reía con tantas ganas. Puta, lloren: ¡como un año!

Pa' los giles que me conocen y siempre me ven sonriente: soy risueña en general (no ando con el ceño fruncido por la vida) pero esa risa que sale del alma no la practicaba hace tiempo.

Por eso hoy ando cansada y apenas me puedo las patas.

Pero esta risa nueva me trae más esperanzas que la chucha. Parece que ahora sí.

Yao nos vemos.