agosto 27, 2005

La lluvia...

A pesar de lo que pueda pensar mi amado garganta, esta vez la lluvia no me deprime porque estoy lejos de Santiago. Bueno, así como lejos... ¿Calera de Tango es lejos? Por lo menos es verde, los árboles tienen color, los perros corren todos mojados (y después andan llorando para que los sequemos), el Cerebro no me deja dormir, obvio que ando con él para todos lados, mi sobrina me dice que la acompañe a ver "Madagascar" y nos reímos como dos niñas...y me doy cuenta que gracias a mis padres, yo estoy acá disfrutando este fin de semana con las personas que amo: mi hermana (la ChicaCanifrú), y su hija.
Ayer también anduve todo el día patiperriando por el centro de Santiago, pero estaba feliz. Sólo me entristecen los perritos con frio y la cabeza gacha, porque a los viejos les puedo dar una moneda, pero los perritos...
Gracias por los comentarios de mi último post. Espero no estar tan apestosa en los próximos días, y volver a mi furiosidad acostumbrada.

Ahora mi color favorito es el azul.

agosto 25, 2005

La Reina Todopoderosa.

"El fin de toda vida es la muerte, una reina todopoderosa que nos precedió y seguirá aquí cuando desaparezcamos. ¿Amiga o enemiga? Enemiga y, más que enemiga, rival, cuando nos arrebata a un ser amado. Qué injusta, qué maldita, qué cabrona es la muerte que no nos mata a nosotros, sino a los que amamos." (Carlos Fuentes)

No recuerdo desde cuando tengo esta cita de Carlos Fuentes, de hecho la encontré en un cuaderno del año pasado. Y la anoté porque estoy de acuerdo, pero en mi idioma diría que la muerte es una hija de puta de las peores, porque uno no encuentra ninguna explicación, ni sentido, ni nada que calme el dolor. Y es en los pequeños detalles donde el dolor crece y se hace hasta físico: la hora de la llegada, los pasos, los olores, las cosas compartidas... Recuerdo que con mi padre siempre comentábamos los chistes de Jimmy Scott, y cuantas putas veces me levanté de mi cama con el diario en la mano para mostrarle el chiste, y en ese minuto me daba cuenta que ya no estaba, que ese pequeño gesto que compartíamos NUNCA JAMAS iba a ser posible.

Por eso yo no le tengo miedo a la muerte y hasta me da rabia y no entiendo porque se mueren niños que son la felicidad de la familia, la flaca Dumay porque la cagá de califon estaba mala, y suma y sigue, y Dios y la iglesia no me dan tranquilidad y no creo que "por algo pasan las cosas" porque me pregunto para que rechucha me sirve este dolor, ¿cuál es el aprendizaje? Claro que soy otra desde la muerte de mi padre, pero puta que me ha costado armarme de nuevo. Y quizás por eso me llamo Furiosa, porque hay cosas tan injustas en esta vida que no me resisto a la idea de esperar a morirme para encontrarle sentido a todo lo malo, lo injusto y horroroso. Por eso tengo pena y angustia y rabia y todo mezclado y soy una latera que da jugo contando gueás, pero que más da, este es mi blog y escribo lo que quiero, y ahora sólo puedo decir que extraño mucho a mi padre, que el tiempo ha ido cicatrizando esta herida de mierda, pero por favor no me vengan con el discurso religioso o frases comunes, porque, aparte de enojarme, lo encuentro una falta de respeto. El dolor de la pérdida, el luto, es personal.

Mañana mi papá cumple 57 años. ¿O se dice hubiese cumplido? Y el 8 de septiembre, 7 años de muerto. (no fallecido).

Puta que estoy apestosa en estos días.

agosto 24, 2005

Agosto 26, septiembre 8.

Botella al mar (Jorge Teillier)

Y tú quieres oír, tú quieres entender. Y yo
te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para ti, ni para mí, ni
para los iniciados. Es para la niña que nadie
saca a bailar, es para los hermanos que
afrontan la borrachera y a quienes desdeñan
los que se creen santos, profetas o poderosos.


Esta semana no tengo nada que decir. Cosa rara en mi. No me he sentido bien, se acercan fechas dolorosas que todavía no supero, el clima me las recuerda y para que voy a hablar sobre lo que no quiero ni recordar. Creo que me estoy convirtiendo en una fomedad, últimamente.
Gracias por todos los comentarios. Es bueno para mi ego saber que me leen.

agosto 22, 2005

Son buenas las iglesias

Hoy después de clases caminé por el horroroso centro de Santiago con un nudo en la garganta. Me sentía taaaaaaaaan angustiada, por la puta que sensación más asquerosa, y como ya me moría por llorar y no quería dar jugo, entré a una de las tantas iglesias que hay en el centro. Me senté alejada de todo el mundo y lloré como las gueonas, harto rato, hasta que ya no tenía más que llorar, y también me tomé la pastilla antiangustia que me da la doc hasta que me mejore, o hasta que acepte cosas de la vida y blablablabla.
Empezó la misa de las doce, para mi sorpresa, pero como yo estaba en una esquina repiola, no participé en ella. (Me refiero a pararse y sentarse como muestra de respeto y eso del protocolo). Tampoco doy plata; siempre les doy mis pocas monedas a los viejitos que están afuera, me da lo mismo si se la toman o compran comida o lo que sea. Que la mano derecha no vea lo que hace la izquierda, ¿así es el dicho?
Escuché la misa (me la sé de memoria, toda la vida en un colegio de curas) y me acordé de un libro de Graham Greene, "El fin de la aventura", y para los que no leen, se hizo una película "basada" en el libro: "El ocaso de un amor", con Ralph Fiennes y la Julianne Moore, por nombrar a los actores más conocidos.
En ese maravilloso libro, como todos los de Greene, se plantean varias cosas que siempre me han dado vuelta la cabeza: la creencia en Dios. Después de leerlo me pregunté: ¿y si yo no hubiera sido criada bajo ninguna religión, me comportaría distinto? En este país la iglesia Católica es un poder de facto, pero en otros países, como Inglaterra, es otra religión más.
Nosé si es una historia de amor, y no importa tanto eso, sino la renuncia de la protagonista femenina (Sarah Miles) por amor y por una promesa a un dios que ella desconoce, pero que ella cree que "la acoge". No soy crítica literaria, ni pretendo serlo (a menos que me paguen unas buenas moneas por hacerlo), pero este libro, cada vez que lo releo, me hace preguntarme si yo tendría menos culpas si no tuviera religión alguna que me dijera que es lo bueno y lo malo.
Es complicado de explicar. ¿Seríamos distintos si la iglesia Católica no nos dijera a cada rato que es lo malo y que es lo bueno? Por lo pronto, mi tarea siquiatrica, es divorciarme de las culpas, y vivir según mi yo. Yo digo: osea, me meto a todo el mundo por la raja. La doc se rie y me dice que nos vemos en diez días más.

agosto 21, 2005

Con el camello que llora y esto, ya no quiero más guerra...

EL AMOR (Neruda)

Qué tienes, qué tenemos,
qué nos pasa?
Ay nuestro amor es una cuerda dura
que nos amarra hiriéndonos
y si queremos
salir de nuestra herida,
separarnos,
nos hace un nuevo nudo y nos condena
a desangrarnos y quemarnos juntos.

Qué tienes? Yo te miro
y no hallo nada en ti sino dos ojos
como todos los ojos, una boca
perdida entre mil bocas que besé, más hermosas,
un cuerpo igual a los que resbalaron
bajo mi cuerpo sin dejar memoria.

Y qué vacía por el mundo ibas
como una jarra de color de trigo
sin aire, sin sonido, sin substancia!
Yo busqué en vano en ti
profundidad para mis brazos
que excavan, sin cesar, bajo la tierra:
bajo tu piel, bajo tus ojos nada,
bajo tu doble pecho levantado
apenas
una corriente de orden cristalino
que no sabe por qué corre cantando.
Por qué, por qué, por qué, amor mío, por qué?

No me resultó todo lo que quería hacer.

Por lo menos saqué el color verde que me tenía chata, usé una plantilla preestablecida para que el blanco le baje la furiosidad a mi blog. Aunque en algunas culturas el color blanco representa el luto; acá es el negro, por eso debe ser que en los matrimonios van todas vestidas de negro, y la novia de blanco. (Puta que estoy simpaticamente irónica).
Odio los fomingos nublados y grises, con toda mi alma. Me dan ganas de hacer lo que hace mi respetadísimo Garganta, irme a tomar y cuando despierte ya es otro día y salió el sol. Puta, nosé que música escuchar para subirme el ánimo, tele no veo ni cagando, las pelis buenas las he visto varias veces, aunque tengo que estudiar harto y además tengo un libro pendiente en mi velador: "Un mundo para Julius", de Alfredo Bryce Echeñique, escritor que descubrí (que altanera, él me descubrió a mi) hace poco, y que lo encuentro genial. Además están mis tres perros que me necesitan, porque el Cerebro está peliado con el Gandalf y la Pascuala los ama a los dos pero los tengo que tener separados y todo eso me da muuuuucha lata. He tenido malos fines de semana, pero este lo recordaré por harto tiempo como el peor, hasta que venga el otro más malo: en cama enferma, días grises, malas caras. Además creo que me estoy convirtiendo en una latera blogera, o una blogera latera, (nosé cual es el sustantivo y cuál es el adjetivo). Pero mi única forma de expresarme es esta, escribiendo, de hecho tengo diario de vida desde los 8 años. Para mi las palabras son vida, como si cada una existiera por sí misma, y a veces en este juego de tratar de ponerlas en orden no me dejan, me enredan, y cuando andan en mi cabeza es peor.
Algunas palabras me molestan. Por ejemplo decir: fallecer en vez de morir. Fallecer es una palabra cínica, que vive en los parques cementerios. Uno se muere, y esta palabra va de la mano con la palabra dolor, no aceptación, dudas, llanto, entre tantas otras.
En el fondo lo que quería decir es que espero que este blog se vea más decente de blanco que con ese verde que me tenía chata.

No me resultó todo lo que quería hacer.

Por lo menos saqué el color verde que me tenía chata, usé una plantilla preestablecida para que el blanco le baje la furiosidad a mi blog. Aunque en algunas culturas el color blanco representa el luto; acá es el negro, por eso debe ser que en los matrimonios van todas vestidas de negro, y la novia de blanco. (Puta que estoy simpaticamente irónica).
Odio los fomingos nublados y grises, con toda mi alma. Me dan ganas de hacer lo que hace mi respetadísimo Garganta, irme a tomar y cuando despierte ya es otro día y salió el sol. Puta, nosé que música escuchar para subirme el ánimo, tele no veo ni cagando, las pelis buenas las he visto varias veces, aunque tengo que estudiar harto y además tengo un libro pendiente en mi velador: "Un mundo para Julius", de Alfredo Bryce Echeñique, escritor que descubrí (que altanera, él me descubrió a mi) hace poco, y que lo encuentro genial. Además están mis tres perros que me necesitan, porque el Cerebro está peliado con el Gandalf y la Pascuala los ama a los dos pero los tengo que tener separados y todo eso me da muuuuucha lata. He tenido malos fines de semana, pero este lo recordaré por harto tiempo como el peor, hasta que venga el otro más malo: en cama enferma, días grises, malas caras. Además creo que me estoy convirtiendo en una latera blogera, o una blogera latera, (nosé cual es el sustantivo y cuál es el adjetivo). Pero mi única forma de expresarme es esta, escribiendo, de hecho tengo diario de vida desde los 8 años. Para mi las palabras son vida, como si cada una existiera por sí misma, y a veces en este juego de tratar de ponerlas en orden no me dejan, me enredan, y cuando andan en mi cabeza es peor.
Algunas palabras me molestan. Por ejemplo decir: fallecer en vez de morir. Fallecer es una palabra cínica, que vive en los parques cementerios. Uno se muere, y esta palabra va de la mano con la palabra dolor, no aceptación, dudas, llanto, entre tantas otras.
En el fondo lo que quería decir es que espero que este blog se vea más decente de blanco que con ese verde que me tenía chata.

...

Pablo Neruda:

Dios, ¿de donde sacaste para encender el cielo
este maravilloso crepúsculo de cobre?
Por él supe llenarme de alegría de nuevo
y la palabra dura supe tornarla noble.

Entre las llamaradas amarillas y verdes
se alumbró el lampadario de un sol desconocido
que rasgó las azules llanuras del Oeste
y volcó en las montañas, sus fuentes y sus ríos.

Dame la maga fiesta. Dios, déjala en mi vida,
dame los fuegos tuyos para alumbrar la tierra,
deja en mi corazón tu lámpara encendida
y yo seré el aceite de su lumbre suprema.

Y me iré por los campos en la noche estrellada
con los brazos abiertos y la frente desnuda,
cantando aires ingenuos con las mismas palabras
que en la noche se dicen los campos y la luna.