Les aclaro a todos los que me leen que ahora que me creo la raja, porque mi amado garganta habló de mi, no aceptaré pocos comentarios (espero un mínimo de 20) y que no esté linqueada en sus blogs. Ya soy una súperestar.
Ahora hablando en serio, quiero agradecer públicamente a Garganta. Una que anda con la autoestima baja, pensando si de verdad la gente me leerá o no... Ahora si que te reamo. Pero no te asustes con esto del amor, porque no es platónico, sino como diría mi amado "Yo pienso y no aprendo": te amo porque amas lo mismo que yo. Y puta que me gustaría encontrarme en un carrete contigo, pa' cagarnos de la risa, aunque ahora te aviso que desde hoy sólo iré a la Sala Murano, y estaré en el VIP. Tendré que incluirte en mi lista, espero que vayas decentemente vestido.
Puta, mis preguntas. Son muchas, pero la más importante: ¿quién me puede explicar que vine hacer a este mundo? Es de Neruda, en todo caso. La otra pregunta que me ronda siempre es que sé tanta gueá, porque leo harto, de muy chica, además me gusta el arte, cacho algunos pintores y escultores, fotógrafos (¿fueron al Bellas Artes a ver las fotos del mijito rico del tiempo del 7?), historia, economía, leo el diario, me gusta la política, voy a ver películas dependiendo quién la dirigió, hablo inglés, he viajado... ¿cómo puedo ganar plata con todo lo que sé y que no tiene clasificación? Another question: ¿por qué me dicen que tengo cara de cuica, que soy brusca para hablar, que cuando digo garabatos me miran extrañados, que cuando llamo a mi hermana a gritos en el supermercado porque está lejos la gente me mira rara?
La peor de todas: ¿por qué me tuve que dar cuenta a los 32 años lo que me gusta? Tantos años de crisis existencial, de pura gil , de pura insegura.
Y la que me guardo para mi: ¿por qué tuviste que hacerlo, Lucho?
septiembre 02, 2005
septiembre 01, 2005
Para Ud. pues, para quien más...
VIII
Qué cosa irrita a los volcanes
que escupen fuego, frío y furia?
Por qué Cristóbal Colón
no pudo descubrir España?
Cuántas preguntas tiene un gato?
Las lágrimas que no se lloran
esperan en pequeños lagos?
O serán ríos invisibles
que corren hacia la tristeza?
XLII
Sufre más el que espera siempre
que aquel que nunca esperó a nadie?
Dónde termina el arco iris,
en tu alma o en el horizonte?
Tal vez una estrella invisible
será el cielo de los suicidas?
Dónde están las viñas de hierro
de donde cae el meteoro?
Pablo Neruda, Libro de las Preguntas. (Si sé que me rayé con Neruda, pero es más que "...puedo escribir los versos más tristes esta noche...")
Qué cosa irrita a los volcanes
que escupen fuego, frío y furia?
Por qué Cristóbal Colón
no pudo descubrir España?
Cuántas preguntas tiene un gato?
Las lágrimas que no se lloran
esperan en pequeños lagos?
O serán ríos invisibles
que corren hacia la tristeza?
XLII
Sufre más el que espera siempre
que aquel que nunca esperó a nadie?
Dónde termina el arco iris,
en tu alma o en el horizonte?
Tal vez una estrella invisible
será el cielo de los suicidas?
Dónde están las viñas de hierro
de donde cae el meteoro?
Pablo Neruda, Libro de las Preguntas. (Si sé que me rayé con Neruda, pero es más que "...puedo escribir los versos más tristes esta noche...")
agosto 31, 2005
Uno debería ser siempre un poco improbable (Oscar Wilde)
Está llegando la primavera, el color azul me envuelve y me hace feliz; no, infinitamente feliz. Escucho buena música, me estoy dando cuenta de quién soy, y como diría mi gran amiga Kany, me gusto a mi misma, y este poema de Neruda es la raja, y sé que hay gente que le da lata leer poesía, sin embargo, los obligo a hacerlo, porque este poema va dedicado a mi persona, que según algunos, harto rara que soy.
Sobre mi mala educación
¿Cuál es el cuál, cuál es el cómo?
¿Quién sabe como conducirse?
¡Qué naturales son los peces!
Nunca parecen inoportunos.
Están en el mar invitados
y se visten correctamente
sin una escama de menos,
condecorados por el agua.
Yo todos los días pongo
no sólo los pies en el plato,
sino los codos, los riñones,
la lira, el alma, la escopeta.
No sé que hacer con las manos
y he pensado venir sin ellas,
¿pero dónde pongo el anillo?
¡Qué pavorosa incertidumbre!
Y luego no conozco a nadie.
No recuerdo sus apellidos.
- Me parece conocer a Ud.
- No es Ud. un contrabandista?
- Y Ud., señora, ¿no es la amante
del alcohólico poeta
que se paseaba sin césar,
sin rumbo fijo por las cornisas?
- Voló porque tenía alas.
- Y Ud. continúa terrestre.
- Me gustaría haberla entregado
como india viuda a un gran brasero,
¿no podríamos quemarla ahora?
¡Resultaría palpitante!
Otra vez en una Embajada
me enamoré de una morena,
no quiso desnudarse allí,
y yo se lo increpé con dureza:
estás loca, estatua silvestre,
¿cómo puedes andar vestida?
Me desterraron duramente
de ésa y de otras reuniones,
si por error me aproximaba
cerraban ventanas y puertas.
Anduve entonces con gitanos
y con prestidigitadores,
con marineros sin buque,
con pescadores sin pescado,
pero todos tenían reglas,
inconcebibles protocolos
y mi educación lamentable
me trajo mala consecuencias.
Por eso no voy y no vengo,
no me visto ni ando desnudo,
eché al pozo los tenedores,
las cucharas y los cuchillos.
Sólo me sonrío a mí solo,
no hago preguntas indiscretas
y cuando vienen a buscarme,
con gran honor, a los banquetes,
mando mi ropa, mis zapatos,
mi camisa con mi sombrero,
pero aun así no se contentan:
iba sin corbata mi traje.
Así para salir de dudas
me decidí a una vida honrada
de la más activa pereza,
purifiqué mis intenciones,
salí a comer conmigo solo
y así me fui quedando mudo.
A veces me saqué a bailar,
pero sin gran entusiasmo,
y me acuesto solo, sin ganas,
por no equivocarme de cuarto.
Adios, porque vengo llegando.
Buenos días, me voy de prisa.
Cuando quieran verme ya saben:
búsquenme donde no estoy
y si les sobra tiempo y boca
pueden hablar con mi retrato.
Sobre mi mala educación
¿Cuál es el cuál, cuál es el cómo?
¿Quién sabe como conducirse?
¡Qué naturales son los peces!
Nunca parecen inoportunos.
Están en el mar invitados
y se visten correctamente
sin una escama de menos,
condecorados por el agua.
Yo todos los días pongo
no sólo los pies en el plato,
sino los codos, los riñones,
la lira, el alma, la escopeta.
No sé que hacer con las manos
y he pensado venir sin ellas,
¿pero dónde pongo el anillo?
¡Qué pavorosa incertidumbre!
Y luego no conozco a nadie.
No recuerdo sus apellidos.
- Me parece conocer a Ud.
- No es Ud. un contrabandista?
- Y Ud., señora, ¿no es la amante
del alcohólico poeta
que se paseaba sin césar,
sin rumbo fijo por las cornisas?
- Voló porque tenía alas.
- Y Ud. continúa terrestre.
- Me gustaría haberla entregado
como india viuda a un gran brasero,
¿no podríamos quemarla ahora?
¡Resultaría palpitante!
Otra vez en una Embajada
me enamoré de una morena,
no quiso desnudarse allí,
y yo se lo increpé con dureza:
estás loca, estatua silvestre,
¿cómo puedes andar vestida?
Me desterraron duramente
de ésa y de otras reuniones,
si por error me aproximaba
cerraban ventanas y puertas.
Anduve entonces con gitanos
y con prestidigitadores,
con marineros sin buque,
con pescadores sin pescado,
pero todos tenían reglas,
inconcebibles protocolos
y mi educación lamentable
me trajo mala consecuencias.
Por eso no voy y no vengo,
no me visto ni ando desnudo,
eché al pozo los tenedores,
las cucharas y los cuchillos.
Sólo me sonrío a mí solo,
no hago preguntas indiscretas
y cuando vienen a buscarme,
con gran honor, a los banquetes,
mando mi ropa, mis zapatos,
mi camisa con mi sombrero,
pero aun así no se contentan:
iba sin corbata mi traje.
Así para salir de dudas
me decidí a una vida honrada
de la más activa pereza,
purifiqué mis intenciones,
salí a comer conmigo solo
y así me fui quedando mudo.
A veces me saqué a bailar,
pero sin gran entusiasmo,
y me acuesto solo, sin ganas,
por no equivocarme de cuarto.
Adios, porque vengo llegando.
Buenos días, me voy de prisa.
Cuando quieran verme ya saben:
búsquenme donde no estoy
y si les sobra tiempo y boca
pueden hablar con mi retrato.
agosto 29, 2005
Why I'm coming to the psychiatrist?
Mucha gente me pregunta que cómo uno llega al siquiatra, que por qué, que cómo uno se da cuenta. Mi respuesta debe ser: depresión. Pero como ya lo he dicho en algún post, es como el forro tener depresión, porque esta enfermedad no tiene síntomas externos (tos, mocos, nariz roja, entre otros) y por esto, la gente, en general, suele pensar que tení maña o que andai con tus días antes o después de la menstruación. Hombres conozco re pocos, creo que ninguno, que diga: "sí, tengo depresión". (Lo deben encontrar cosas de mujeres, los muy trancados).
En mi caso particular esta enfermedad maricona viene con la genética, así como la hipertensión, miopía y astigmatismo. La clave es conocerse a uno mismo - en el sentido de los síntomas, sobre todo- y darse cuenta o diferenciar cuando uno tiene una gran pena o cuando uno tiene tanta pena, que cree que no vale nada, que la vida en sí no sirve.
Cresta, creo que encontrarle sentido a la vida es lo más difícil que uno puede hacer y la pregunta que me hago desde que tengo cerca de 18 años. Conozco a mucha gente que no tiene tiempo para hacerse esta puta pregunta (no tienen tiempo ni para ellos, todo el día corren entre el trabajo y el trabajo), pero yo soy, en algún sentido, afortunada, ya que sí tengo tiempo para caminar tranquila, mientras todos los otros histéricos corren a mi lado y ver que quiero en el futuro, que no es algo lejano, así como cuando una tenía 8 años y encontraba a los de 15 súper grandes, el futuro está al alcance de mi mano, y en mi mano.
No quiero tener un trabajo dónde no me valoren o dónde sienta que no me valoran, cosa que ya me ocurrió y fue la época más frustrante de mi vida; no quiero ser pobre, porque quiero darles una buena educación y acceso a la salud el día que tenga hijos, y tampoco quiero perderme del cine, teatro, o cualquier evento de mi agrado porque no tengo plata, sumado que amo los taxis y los buenos restaurantes, el buen vino, los libros y cuidar a mis perros, o tener monedas o comida de sobra para darle a la gente en la calle, digan lo que digan; no voy a misa ni soy católica, pero por lo menos tengo corazón y soy amable con el otro, dentro de lo que puedo.
Así, volviendo la tema de la depresión, existe mucha gente que vive con esta enfermedad y no se da cuenta. No es normal tener baja autoestima, no es normal no darse cuenta de lo que uno puede lograr, no es normal creer que este hombre (o mujer) jamás se fijará en mi porque yo no le llego ni a los talones, no es normal no sonreir, no es normal estar todo el día encerrado en la casa, no es normal comer mucho como no comer nada, no es normal, no es normal. Quizás algunos me digan ¿qué es ser normal? No tengo la más mínima idea, porque a lo que me refiero es a conductas que llevan a que uno se encierre en si mismo, porque se cree taaaaaaaaan repenca, que cree que no tiene nada que decir.
Bueno, todo esto yo lo he sentido. Y puta que ha sido malo. Lo más malo de todo es que uno necesita apoyarse en alguien cuando está en la fase peor de la depresión, y la gente, patudamente, se permite opinar: mira, yo conozco a un padre que tú hablas con él y no tienes porque sentirte así, Dios te iluminará; ¿cómo podí estar triste si tienes de todo?; yo encuentro que ya basta de tanta depresión y esas cosas. Y suma y sigue, y yo como las giles, cero autoestima, escuchaba con mi cabeza gacha. Pero como ahora me siento bien, lo que no significa que sea sensible y que me afecte el clima, amado garganta, no quiero que nadie me haga juicios de valor acerca de mi comportamiento, porque puta que es fácil opinar de la vida del otro, pero cuando yo miro la vida de la gente que me quiere "llevar por el buen camino", tiene la sola cagá en la suya.
Me acabo de releer a mi misma y caché que me fui del tema. ¿Por qué voy al siquiatra? Porque anduve perdida mucho tiempo, creyendo lo que no debía creer, y en estas vueltas me he encontrado, al fin. Por eso la furia. La Furiosa Canifrú (si me permiten la picantería de hablar en tercera persona) es una fase. La verdadera Canifrú ya viene. Puta, capaz que tenga que hacer otro blog. Ni cagando, en realidad siempre camino (con depresión o contenta) reclamando por todo. De hecho en este post tenía ganas de hablar del machismo, que odio, pero me fui por otro tema. Siempre voy a ser FuriosaCanifrú, y lo mejor, es que me encanta.
En mi caso particular esta enfermedad maricona viene con la genética, así como la hipertensión, miopía y astigmatismo. La clave es conocerse a uno mismo - en el sentido de los síntomas, sobre todo- y darse cuenta o diferenciar cuando uno tiene una gran pena o cuando uno tiene tanta pena, que cree que no vale nada, que la vida en sí no sirve.
Cresta, creo que encontrarle sentido a la vida es lo más difícil que uno puede hacer y la pregunta que me hago desde que tengo cerca de 18 años. Conozco a mucha gente que no tiene tiempo para hacerse esta puta pregunta (no tienen tiempo ni para ellos, todo el día corren entre el trabajo y el trabajo), pero yo soy, en algún sentido, afortunada, ya que sí tengo tiempo para caminar tranquila, mientras todos los otros histéricos corren a mi lado y ver que quiero en el futuro, que no es algo lejano, así como cuando una tenía 8 años y encontraba a los de 15 súper grandes, el futuro está al alcance de mi mano, y en mi mano.
No quiero tener un trabajo dónde no me valoren o dónde sienta que no me valoran, cosa que ya me ocurrió y fue la época más frustrante de mi vida; no quiero ser pobre, porque quiero darles una buena educación y acceso a la salud el día que tenga hijos, y tampoco quiero perderme del cine, teatro, o cualquier evento de mi agrado porque no tengo plata, sumado que amo los taxis y los buenos restaurantes, el buen vino, los libros y cuidar a mis perros, o tener monedas o comida de sobra para darle a la gente en la calle, digan lo que digan; no voy a misa ni soy católica, pero por lo menos tengo corazón y soy amable con el otro, dentro de lo que puedo.
Así, volviendo la tema de la depresión, existe mucha gente que vive con esta enfermedad y no se da cuenta. No es normal tener baja autoestima, no es normal no darse cuenta de lo que uno puede lograr, no es normal creer que este hombre (o mujer) jamás se fijará en mi porque yo no le llego ni a los talones, no es normal no sonreir, no es normal estar todo el día encerrado en la casa, no es normal comer mucho como no comer nada, no es normal, no es normal. Quizás algunos me digan ¿qué es ser normal? No tengo la más mínima idea, porque a lo que me refiero es a conductas que llevan a que uno se encierre en si mismo, porque se cree taaaaaaaaan repenca, que cree que no tiene nada que decir.
Bueno, todo esto yo lo he sentido. Y puta que ha sido malo. Lo más malo de todo es que uno necesita apoyarse en alguien cuando está en la fase peor de la depresión, y la gente, patudamente, se permite opinar: mira, yo conozco a un padre que tú hablas con él y no tienes porque sentirte así, Dios te iluminará; ¿cómo podí estar triste si tienes de todo?; yo encuentro que ya basta de tanta depresión y esas cosas. Y suma y sigue, y yo como las giles, cero autoestima, escuchaba con mi cabeza gacha. Pero como ahora me siento bien, lo que no significa que sea sensible y que me afecte el clima, amado garganta, no quiero que nadie me haga juicios de valor acerca de mi comportamiento, porque puta que es fácil opinar de la vida del otro, pero cuando yo miro la vida de la gente que me quiere "llevar por el buen camino", tiene la sola cagá en la suya.
Me acabo de releer a mi misma y caché que me fui del tema. ¿Por qué voy al siquiatra? Porque anduve perdida mucho tiempo, creyendo lo que no debía creer, y en estas vueltas me he encontrado, al fin. Por eso la furia. La Furiosa Canifrú (si me permiten la picantería de hablar en tercera persona) es una fase. La verdadera Canifrú ya viene. Puta, capaz que tenga que hacer otro blog. Ni cagando, en realidad siempre camino (con depresión o contenta) reclamando por todo. De hecho en este post tenía ganas de hablar del machismo, que odio, pero me fui por otro tema. Siempre voy a ser FuriosaCanifrú, y lo mejor, es que me encanta.
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